viernes, 5 de junio de 2009

esto es la solidaridad

Solidaridad orgánica
Durkheim afirma que la fuerte especialización de cada individuo origina una gran interdependencia, base de la cohesión y solidaridad grupal, de las personas con su sociedad. A esta clase la llama "solidaridad orgánica". Así, cada miembro posee una parte de los conocimientos generales y sus recursos, por lo que todos dependen de todos. Este tipo de solidaridad se suele presentar en las sociedades desarrolladas.
Emerge a raíz de la diferenciación de funciones y de la división del trabajo. En la medida en que los individuos especializan sus funciones requieren de otros individuos para sobrevivir. Por ejemplo, la familia. La familia primitiva era autosuficiente. La familia moderna requiere de otros, es decir, es dependiente del resto de los individuos de la sociedad. En las formas de solidaridad orgánica los individuos se desmarcan del grupo, formando una esfera propia de acción, pero al mismo tiempo la división del trabajo y la separación de funciones es la fuente o condición de equilibrio social.

Solidaridad mecánica [editar]
Una sociedad regida por la "solidaridad mecánica" se caracteriza por una total competencia de cada individuo en la mayoría de los trabajos, surgiendo una mínima diferenciación debida a la edad y sexo. Cada individuo posee los recursos de su sociedad, tanto económicos como intelectuales, por lo que la sociedad no está especializada; en ella todos saben lo que tienen que hacer para sobrevivir. Este tipo de sociedad se da en los países no desarrollados y permite la subsistencia de grupos menores y alejados del resto de pueblos. Este termino es parecido a la Asabiyyah de Ibn Jaldún (1332-1406).
Obtenido de "http://es.wikipedia.org/wiki/Solidaridad_(sociolog%C3%ADa)"

jueves, 21 de mayo de 2009

rap cristiano

¿Quieres vivir? ¡Escúchame!

Hace tiempo que te hablo, pero tú no me escuchas,
las palabras de mi boca tu las llamas caducas.
Un mensaje me dieron que mi vida cambio,
mi lenguaje hoy es el tuyo, y te lo canto en hip hop.
Hace años yo vivía como un joven cualquiera,
mis estudios, mis colegas, y mis noches de fiesta.
Muy feliz yo me sentía si tres copas bebía,
más por dentro el vacío crecía y crecía.
Cuando sólo yo estaba venían las dudas…
¿Qué hago con mi vida?
No le veo salida,
no le veo futuro,
vivo sin alegría,
e instalado en la apatía, buscando respuestas,
mis colegas me decían: no me seas aguafiestas.

Tirado en el sofá, me pasaba las tardes
tragando bazofia
cambiando canales…
y así, sin darme cuenta la vida perdía,
dormía la conciencia,
y poco a poco me moría.
En clase preguntaba sobre el sentido de esta vida,
pocos profes respondían, más muchos me eludían.
Cada año era lo mismo: mates, biología,
física, lenguaje y una cutre filosofía,
Religión era mi clase, pues en ella me escuchaban,
mientras que en el resto sólo examinaban.
El profe respondía,
era alguien que vivía,
de la muerte y la apatía,
él rescataba mi vida.
Cuanto más me interesaba,
más adentro yo sentía
la presencia de una vida
nueva que no era la mía.

Los viernes a mediodía,
me piraba de los recre,
e iba a la capilla a vivir la eucaristía.
Pues yo sentía que así crecía
la presencia de una vida
nueva que no era la mía.
Era jueves de mañana cuando en religión,
al acabar la clase, mi profe me citó.
Al principio yo pensé que me esperaba un follón,
alguna clase de castigo o de llamada de atención.
Con sonrisa y amistad su mirada en mí fijo
en mis ojos de crío
que buscaban sentido,
que lloraban de noche
y que pedían cariño.
Él sabía que buscaba las respuestas de la vida,
pues preguntas yo lanzaba,
y con nada me conformaba.
De su boca no salieron los reproches comunes,
ni argumentos banales, ni los cuentos azules.
Una invitación,
el me lanzó:
conocer su vida,
amar a María,
y seguir a Cristo, el hijo de Dios.
Poco a poco alucinado del susto me reponía,
y aunque agradecido
yo por dentro de me reía.
¿Cómo será eso? ¿Yo ser marianista?
Eso me suena a monje y a privarme de las tías.

Al día siguiente, viernes mediodía
como de costumbre, acudí a la eucaristía.
Las palabras de mi profe resonaban en mí,
cuando en el pan partido a Cristo reconocí.
La Verdad sentía que de ese pan nacía,
pero me daba miedo entregar la vida.
Entonces escuché la palabra de Jesús,
abriendo yo mi alma él entro como una luz:
“Ganar el mundo entero no sirve de nada
si pierdes la vida, si vives sin alegría.
Si tienes sed, no bebas mentiras,
bebe de mi Fuente y ganarás la Vida”.

Créditos
Título: Ganar la vida
Álbum: 3^n – Dando vida
Año: 2009
Género: Hip Hop
Autor: smdani
Base: Naughty By Nature - Hip Hop Hooray

viernes, 27 de marzo de 2009

Campaña contra el aborto.

Esta es la campaña episcopal contra el aborto.













Y he aqui una contra campaña.













La iglesia dice en su campaña que la vida de un lindo niño de ojos azules (cuando en realidad, no es mas que un feto lo que aborta) con un lince en peligro de extincion.

En la contracampaña se ve que critican el aborto, pero la hipocresia aflora cuando los niños de africa mueren de hambre.

Por supuesto es solo nuestra opinion.

Pero ahora... ¿Que opinas tu?

Campaña contra el aborto.

El aborto es bueno




Jueves 25 de Septiembre de 2008
Argumentos a favor del aborto
7:02 Vida ¡Pásalo! 69
Llevo más de un lustro participando en debates sobre el aborto en Internet. En estos años he leído de todo. Lo que nunca se me ocurrió hacer es un compendio de los argumentos a favor del aborto que he leído hasta ahora. Me propongo hacer eso mismo a continuación, incluyendo algunas opiniones recientes que he podido leer y que uno se puede encontrar en cualquier sitio con relativa facilidad. Veamos algunos ejemplos significativos:
“Yo estoy a favor del aborto, vamos a ver, un feto de 3 meses (creo que eran esos) no es más que un “apéndice” que no se podría considerar un ser humano, ni siquiera un ser vivo…”
Es decir, que un feto humano debe ser un tipo de mineral…
“un embrión en las fases tempranas del embarazo no es, en mi opinión, un ser humano”
Aunque la ciencia demuestra que su mapa genético es idéntico al que tendrá ese ser humano cuando cumpla 7, 20 o 70 años, ese embrión posiblemente sea un ornitorrinco o un oso panda.
“¿Qué importa si un embrión es un ser humano o no? Del ser no se deduce el deber ser.”
Y es que un embrión puede ser humano pero quizás debería ser un gamusino, un osito de peluche o un disco de Bisbal.
“en lugar de empeñarnos en buscar límites claros entre embriones y fetos en la naturaleza (que no los hay) deberíamos asumir el mero hecho de que se tendrá que fijar un límite y punto en terreno difuso. Esta necesaria “arbitrariedad” está presente en absolutamente toda la legislación humana y si en sede de aborto se critica es precisamente por prejuicios religiosos.”
En resumen, que las legislaciones arbitrarias -esto es, contrarias a la justicia, la razón o las leyes, o dictadas sólo por la voluntad o el capricho- sólo son rechazadas por prejuicios religiosos. La monda.
“Las mujeres y los fetos no son seres comparables.”
Por supuesto. No hay nadie que reclame que sea legal matar a las mujeres. Pero hay quien considera un avance matar a los fetos.
“El feto es, mientras no se demuestre lo contrario, un parásito del cuerpo de la madre”
De una afirmación falsa y anticientífica deduce la posibilidad de matar a un ser humano, y manda al cuerno la presunción de inocencia propia de toda democracia. Alucinante.
“El derecho a la decisión sobre un aborto es una cuestión de democracia”
Curiosa idea de democracia la de quien aspira a decidir la vida o la muerte de un ser humano inocente o indefenso.
“Es absolutamente ocioso discutir sobre si el nasciturus, el embrión en pocas semanas, debe ser considerado un ser humano (…) Esto no es algo que puede determinar la ciencia”
Y es que la ciencia no está para estudiar cosas tan complicadas y que cansan un montón, oiga. La ciencia está, por ejemplo, para encontrar la forma más fácil y sencilla de resolver un sudoku.
“Ningún derecho es más básico que el derecho a la vida, pero nada es más devastador que la vida sin libertad.”
De lo que se deduce que la pena de muerte es más piadosa que una condena de prisión. Lo más curioso es que esa afirmación apareció hace décadas en la sentencia de un tribunal…
“Concederle a los fetos un derecho absoluto a la vida en todas sus etapas de desarrollo, desde la simple célula a la viabilidad, es denigrar la vida de las mujeres, su salud y sus capacidades.”
Ergo habría que catalogar a los fetos como una especie de insulto, una variante del sarampión, un tipo de constipado, una minusvalía o incluso una especie de caca. Y en consecuencia, el Ministerio de Sanidad debería desaconsejar los embarazados igual que nos desaconseja fumar o comer algunos tipos de hamburguesas.
En fin, podría seguir llevando hacia el absurdo muchos de los disparates a favor del aborto que se pueden encontrar en la red, pero son tan gordos, tan burdos, tan falaces y tan anticientíficos, que le encuentro a esto menos sentido que estar discutiendo con una pared si la Tierra es plana o si el Sol sale por el Sur. Os cedo los comentarios por si queréis poner más ejemplos por el estilo.

viernes, 6 de febrero de 2009

25 derechos humanos segun el cardenal Bertone

1.- La Declaración Universal de los Derechos Humanos, aprobada por las Naciones Unidas el 10 de diciembre de 1948, debe considerarse un momento de importancia fundamental en la maduración de la conciencia moral de la humanidad, en consonancia con la dignidad de la persona.
2.- Se trata de poner de relieve, una vez más, la importancia que la Santa Sede atribuye al reconocimiento y a la tutela de los derechos fundamentales de la persona humana y resaltar el compromiso de los católicos con la defensa y promoción de los Derechos Humanos.
3.- La Iglesia ha tomado muy en serio la cuestión de los derechos humanos. El deseo de paz, la búsqueda de la justicia, el respeto de la dignidad de la persona, la cooperación y la asistencia humanitaria, expresan las justas aspiraciones del espíritu humano.
4.- Los Derechos Humanos nacen de la cultura europea occidental, de indudable matriz cristiana. No es casualidad. El cristianismo heredó del judaísmo la convicción, plasmada en la primera página de la Biblia, de que el ser humano es imagen de Dios.
5.- Por ello, la Iglesia ha dado su propia contribución, tanto con la reflexión sobre los Derechos Humanos a la luz de la Palabra de Dios y de la razón humana, como con su compromiso de anuncio y de denuncia, que la ha convertido en una defensora infatigable de la dignidad del hombre y de sus derechos, también en estos sesenta años que nos separan de la Declaración de 1948.
6.- Todo hombre vive de un entramado de sueños y realidades. Todos aspiran hoy a una vida donde reine la paz y la justicia. Cuando defienden un derecho no mendigan un favor, reclaman lo que les es debido por el solo hecho de ser hombre. Por eso se llaman derechos naturales, innatos, inviolables e inalienables, valores inscritos en el ser humano.
7.- Por esta significación profunda y por su radicación en el ser humano, los derechos humanos son anteriores y superiores a todos los derechos positivos. De aquí que el poder público quede sometido, a su vez, al orden moral, en el cual se insertan los derechos del hombre.
8.- Todo esto supone un progreso de la humanidad y, en tal sentido, la Declaración se ha convertido en un referente universal de justicia a escala planetaria.
9.- En el acto organizado por el Pontificio Consejo “Justicia y Paz” en el 60º Aniversario de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, el Santo Padre Benedicto XVI[1], después de recordar que este documento “constituye aún hoy un altísimo punto de referencia del diálogo intercultural sobre la libertad y los derechos humanos”, insistió que, “en última instancia, los derechos humanos están fundados en Dios Creador, el cual dio a cada uno la inteligencia y la libertad. Si se prescinde de esta sólida base ética, los derechos humanos son frágiles porque carecen de fundamento sólido”.
10.- Cuando el Magisterio de la Iglesia habla de los derechos humanos no se olvida de fundarlos en Dios, fuente y garantía de todos los derechos, ni tampoco se olvida de enraizarlos en la ley natural. La fuente de los derechos no es nunca un consenso humano, por notable que sea.
11.- La ley natural interpela nuestra razón y nuestra libertad, porque ella misma es fruto de verdad y de libertad: la verdad y la libertad de Dios. La sociedad tiene necesidad de reglas acordes con la naturaleza humana, pero también tiene necesidad de relaciones fraternas.
12.- Los derechos humanos se presentan hoy día como una de las vías de acceso a la dignidad de la persona, y como cauce necesario para su promoción en la sociedad y la instauración de la justicia y la paz en todos los niveles. La dignidad humana es como la piedra angular de todo el edificio de la Declaración Universal.
13.- El actual Romano Pontífice, en perfecta continuidad con el pensamiento de su predecesor, subraya que los derechos humanos son universales, se aplican a todos en virtud del origen común de la persona.
14.- El Santo Padre Benedicto XVI pone su énfasis en la indivisibilidad, que constituye una nota esencial de los derechos humanos, al mismo nivel que la universalidad.
15.- El Santo Padre pone de relieve, en primer lugar, la responsabilidad que incumbe al Estado: todo Estado tiene el deber primario de proteger a la propia población frente a las violaciones de los derechos humanos. Es decir, le incumbe un papel activo en la defensa y protección de los derechos, hasta el punto de que esta es su misión esencial.
16.- En nuestros días, hay un proceso continuo y radical de redefinir los derechos humanos individuales en temas muy sensibles y esenciales, como la familia, los derechos del niño y de la mujer, etc. Debemos insistir en que los derechos humanos están “por encima” de la política y también por encima del “Estado-nación”. Son verdaderamente supranacionales. Ninguna minoría ni mayoría política puede cambiar los derechos de quienes son más vulnerables en nuestra sociedad o los derechos humanos inherentes a toda persona humana.
17.- La protección jurídica de los derechos humanos debe ser así una prioridad para cada Estado. Con palabras de Benedicto XVI: “La justicia es el objeto y, por tanto, también la medida de toda política. La política es más que una simple técnica para determinar los ordenamientos públicos: su origen y su meta están precisamente en la justicia, y ésta es de naturaleza ética”.
18.- La dignidad del ser humano, el tema clave de toda la doctrina social de la Iglesia, implica, entre otras cosas, el respeto a la vida desde su concepción hasta su ocaso natural.
19.- El Santo Padre ha recordado que la libertad “no puede ser invocada para justificar ciertos excesos”, que podrían llevar a “una regresión en el concepto de ser humano,” especialmente en cuestiones como la vida y la familia. El Papa, después de deplorar, una vez más, los continuos ataques perpetrados en todos los continentes contra la vida humana, mostró su convencimiento de que “una cultura de la vida”, especialmente en cuanto a la defensa de la vida y de la familia, “podría revitalizar de nuevo el conjunto de la existencia personal y social”.
20.- La familia es la verdadera escuela de humanidad y de valores perennes, lugar primario en la educación de la persona. En este sentido, se ha de remarcar que es a la familia, y más concretamente, a los padres, a quienes compete por derecho natural la primera tarea educativa, y a los que se debe respetar el derecho a elegir la educación para sus hijos acorde con sus ideas y, en especial, según sus convicciones religiosas.
21.- Sobre el particular y, en concreto, sobre la enseñanza religiosa en la escuela, Benedicto XVI ha destacado que es “un derecho inalienable de los padres asegurar la educación moral y religiosa de sus hijos”. La enseñanza confesional de la religión en los centros públicos resulta acorde con el principio de laicidad, porque no supone adhesión ni, por tanto, identificación del Estado con los dogmas y la moral que integran el contenido de esta materia. Asimismo, este tipo de enseñanza no es contraria al derecho de libertad religiosa de los alumnos y de sus padres, debido a su carácter voluntario.
22.- El respeto inexcusable hacia la dignidad humana implica la defensa y la promoción de los derechos del hombre, y exige el reconocimiento de la dimensión religiosa del mismo. La libertad religiosa (Declaración, art. 18), como derecho primario e inalienable de la persona, es el sustento de las demás libertades, su razón de ser. La libertad religiosa traspasa el horizonte que trata de limitarla a una parcela íntima, a una mera libertad de culto o a una educación inspirada en valores cristianos, para solicitar al ámbito civil y social, libertad para que las confesiones religiosas puedan ejercer su misión. Asimismo resulta básico comprender la libertad religiosa como la condición primera e indispensable para la paz.
23.-Tampoco es signo de “sana laicidad”, “negar a la comunidad cristiana, y a quienes la representan legítimamente, el derecho de pronunciarse sobre los problemas morales que hoy interpelan la conciencia de todos los seres humanos, en particular de los legisladores y juristas. En efecto, no se trata de injerencia indebida de la Iglesia en la actividad legislativa, propia y exclusiva del Estado, sino de la afirmación y defensa de los grandes valores que dan sentido a la vida de la persona y salvaguardan su dignidad. Estos valores, antes de ser cristianos, son humanos, por eso ante ellos no puede quedar indiferente y silenciosa la Iglesia, que tiene el deber de proclamar con firmeza la verdad sobre el hombre y sobre su destino”.
24.- La Iglesia se muestra respetuosa ante la justa autonomía de las realidades temporales, pero pide la misma actitud con respeto a su misión en el mundo y a las variadas manifestaciones personales y sociales de sus fieles, artífices en gran medida de la solidaridad comunitaria y de una ordenada convivencia. El Estado no puede reivindicar competencias, sean directas o indirectas, sobre las convicciones íntimas de las personas ni tampoco imponer o impedir la práctica pública de la religión sobre todo cuando la libertad religiosa contribuye de forma decisiva a la formación de ciudadanos auténticamente libres.

25 frases de los derechos humanos

Es necesario salvaguardar la dignidad de la persona humana, propugnar una amplia visión de las relaciones sociales que incluya el diálogo Estado-Iglesia, que refuerce la colaboración con las instituciones civiles para el desarrollo integral de la persona y el derecho a la libertad religiosa, que facilite el libre ejercicio de la misión evangelizadora de la Iglesia y que señale el deber de la sociedad y del Estado de garantizar espacios donde los creyentes puedan vivir y celebrar sus creencias. En este contexto, la Iglesia pide hacia su misión en el mundo, manifestada en variadas formas individuales y comunitarias, la misma actitud de respeto y autonomía que ella muestra hacia las realidades temporales.